Creaturasliterarias
El creador de los Estados Unidos, Thomas Jefferson, aprendió e hizo que sus hijas aprendieran el español leyendo Don Quijote de La Mancha.
Cuéntenos, Luis Alberto, ¿fue para usted una sorpresa que ANLE le publicara el presente volumen? Por otra parte, su obra poética completa (1974-2014), corre casi pareja con los 40 años que ha cumplido ya la Academia Norteamericana de la Lengua Española, que se fundó allá por 1973. ¿Ve este acontecimiento como una suerte de feliz coincidencia en el tiempo?
Fue una sorpresa total en más de un aspecto. El que la Academia eligiese publicar en un volumen los 40 años de mi creación poética en español, como el primer documento del género poético de la colección Pulso Herido que se propone destacar obras creativas y significativas “por su calidad académica… en las distintas dimensiones… del mundo hispánico”, es una de ellas. La calidad de esta edición crítica es otra de ellas, más allá de erratas que la ubican en el “paraíso de la imperfección”, de Wallace Stevens, y también libre de la sardónica preocupación de Borges al lamentarse:"lástima, ya mi única esperanza son las erratas".Y finalmente la sorpresa de la coincidencia y paralelismo con los 40 años de existencia de la Academia Norteamericana de la Lengua Española, creciendo juntos en una voz que milita y proclama la presencia, la historia, la cultura, la literatura hispana de los Estados Unidos; la patria de nuestro idioma. Fuimos, sin saberlo al comienzo, de la mano.
Hace mención en algunas de sus páginas a la figura de Odón Betanzos Palacios. ¿Llegó a conocerle personalmente? ¿Qué aportó este onubense universal al castellano en los Estados Unidos?
Llegué a conocerle. De hecho fue él quien me nombró miembro correspondiente de la ANLE hace unos quince años. Hablábamos y mantuvimos correspondencia desde mediados de los años noventa hasta unas semanas antes de su fallecimiento. En el año 1997 tuve el honor de organizar el homenaje que le rendimos en la Biblioteca del Congreso, en el contexto del III Encuentro de las Academias Iberoamericanas de Poesía del mundo, celebrado en Georgetown University, Washington D.C. Me calificó en una de sus reseñas como “poeta valioso”. Siempre admiré, además de su destacada producción literaria como poeta, polígrafo, lingüista y humanista, su liderazgo y dedicación a la formación, conducción e influencia de la Academia Norteamericana de la Lengua, la más joven de las 22 Academias, en el mundo y en los Estados Unidos, de la que fue Director desde 1978, creando comisiones para afrontar los diferentes aspectos de la presencia hispana en los Estados Unidos. Hasta llegué a visitar con una reverencia de peregrino su Fundación en Rociana del Condado, Huelva.Siempre he sentido (incluso en los modestos poemas que le he dedicado a lo largo de los años) que la deuda de la comunidad hispana de los Estados Unidos y de la cultura hispanoamericana con Odón Betanzos Palacios es inmensa.
Hemos notado que en su escritura vienen a cobrar un gran protagonismo la vejez, el insomnio, las guerras…, pero también (por el contrario) la infancia, los sueños, la libertad…; así como una incesante búsqueda, con constantes referencias al camino, al viaje, al vuelo…¿A qué obedecen (si es que responden a algo) estas constantes menciones?
En ese caminar de cada día que hace la vida y recorrer nuevamente hacia atrás a través de mí mismo ese camino en el proceso de la relectura, he descubierto con asombro el protagonismo de los temas mencionados y los entiendo dentro del rango Amor-Muerte (Eros-Tánatos) que respira el poeta en todas sus expresiones, sus sentimientos, sus memorias, su experiencia, sus deseos en el viaje de su existencia. Son efectos de esa búsqueda interminable y que se recicla constantemente, el semiplagio de ese texto siempre incompleto, que es la poesía. El vuelo, escape elemental, me marca con el referente aeronáutico, el hecho de haber sido piloto y sudado el mundo de la aviación, salvando las distancias, como Antoine de Saint-Exupéry. La repetición no solo como capricho del lenguaje poético, sino también como presencia repetida de realidades, deseadas o no, imaginaciones, orígenes, en la inagotable raíz de la siembra, de la cosecha, de las muertes y resurrecciones, autobiografías, mitos, la otredad, las aspiraciones, en la visión poética y en sus dimensiones identitarias, políticas, sociales, terapéuticas, hedonísticas y un largo etcétera.
Conforme se avanza en la lectura de los 17 poemarios, llama poderosamente la atención que los textos no guardan lo que es una cronología al uso. ¿Responde este hecho a algo en concreto? ¿Cuándo podemos decir que en puridad comienza a escribir, ya sea en verso o en prosa?
Refleja la rebeldía y licencia poética, algo que Saramago me decía es una pena que perdamos cuando nos “disciplinan”. Recuerdo empezar a escribir desde muy pequeño. A los doce años gané un concurso poético en la Escuela Secundaria y mi madre me regaló una Antología de César Vallejo. Compuse poemas y ensayos desde entonces, y durante mis años universitarios tanto en Argentina como en los Estados Unidos. Descubrí hace poco que a finales de los sesenta escribí una tesis sobre “Religión, Revolución y Cultura”. Sé que un ensayo sobre ese tema configuró el primer capítulo de un libro “Conscientization for Liberation”,publicado en 1971, en el que colaboraron Pablo Freire y otros reconocidos pensadores. Se produjo un paréntesis en la escritura de poemas entre los años 1967 (año de llegada a los Estados Unidos) y 1974 (año del nacimiento de mi primer hijo). De allí que esta colección En el jardín de los vientos se titule Obra Poética 1974-2014.Los poemas surgen en diferentes fechas y se agruparon en los poemarios de acuerdo al tema, en la fecha de la publicación, sin respetar el orden cronológico de su creación.
Nos ha dejado absolutamente fascinados la figura de Godofredo Iommi. ¿Podría arrojarnos más luz sobre tan gigantesca personalidad?
Como digo en la introducción del poemario Laberintos de humo que le dedico, Godofredo Iommi fue un poeta y profesor universitario argentino residente y nacionalizado en Chile, hasta donde llegó para conocer a Vicente Huidobro, y para quien la poesía significó su vida socrática, diálogo continuo, en busca de la verdad simple, encarnando así el mito que me apasiona. Junto con otros poetas, como Gerardo Mello Mourao, Abdías do Nascimento, Efraín Tomás Bo, Juan Raúl Young, Napoleón Lopes Filho, formaron una alianza poética: “La Santa Hermandad de la Orquídea”. En 1940 los orquídeos iniciaron su viaje por el Amazonas viviendo todo tipo de dificultades, tanto físicas como económicas. Poeta sin poemas, no publicó poesía, la hizo solamente para leérsela al Océano Pacífico, el mar interior, el mar erótico, para recitarla durante sus travesías anuales por “Amereida” (América-Eneida: continente ideal por descubrir), para actuarla vestido de blanco sumergiéndose en el mar a presentarle una ofrenda o dando flores a los transeúntes en la Plaza de Armas de Santiago de Chile, siempre para vivirla convencido de que “portador de Fiesta, el poeta es portador de probabilidades, porque con su presencia desencadena relaciones imprevistas y provoca la participación activa en los Juegos a fin de dar cumplimiento a lo que nos fue dicho: la poesía debe ser hecha por todos, no por uno, según el lema de Lautréamont”. Esto le inspiró a crear con otros poetas en París, a principios de los cincuenta, el movimiento denominado “la Phalene” (nombre de una mariposa nocturna que vuela hacia la luz, donde se quema), que improvisaban poemas públicamente en las calles, con participación de artistas y transeúntes. Luego fundó en París, en los años 60, la Revue de Poésie (predecesora de la actual revista Po&sie). En Chile, su misma casa era un tipo de plaza pública y creó con otros aficionados a la arquitectura y con estos ideales, La ciudad abierta. También, entre otras proezas,en 1967 encabezó el movimiento de la reforma universitaria en Valparaíso.
¿Sería mucho pedir que nos explicase cuáles son sus principales funciones como presidente de la delegación de Washington, DC, de la Academia Norteamericana de la Lengua Española? ¿Cuántas delegaciones más existen en USA?
Como presidente de la Delegación en Washington D.C., de la Academia Norteamericana de la Lengua Española, mis principales funciones son liderar nuestra delegación para ejecutar en nuestro territorio (la capital y en varias provincias aledañas) la misión polifacética de la Academia en relación al idioma, la historia, la cultura, la literatura hispana de los EE.UU. Como ejemplo, cito el hecho de que hayamos organizado en junio del 2014, el histórico Primer Congreso de la Academia Norteamericana de la Lengua Española, en la Biblioteca del Congreso de los EE.UU., bajo el lema de “Presencia hispana en los EE.UU.: unidad en la diversidad”, con la participación de lingüistas, historiadores, personalidades literarias, especialistas de universidades de Estados Unidos (Harvard, Yale, California Sate, Berkeley, Maryland, etc.), México, Canadá, Centroamérica y muchos países de Suramérica, España, Francia, Italia, Suiza y Marruecos, distintas embajadas, el Instituto Cultural de México y otras instituciones. Un éxito académico, mediático y de significación histórica, celebrando el cuadragésimo aniversario de la creación de la ANLE. Existen asimismo Delegaciones de la Academia en Miami, Los Ángeles, el Suroeste (Nuevo México, Texas) y en Canadá.
Si no nos fallan las cuentas, llegó usted a los Estados Unidos con 22 años. ¿Cómo lleva un cordobés de Argentina vivir, trabajar y haber formado una familia en la tierra del Tío Sam? Y, aprovechando que ya conoce el paño: ¿cómo ve las relaciones internacionales entre sus dos patrias?
Con la dualidad de todo inmigrante, exiliado, de la diáspora, el desafío, la visión plural e inquieta, la tensión estimulante entre el aquí y el allá, el ahora y el entonces, pero feliz al transformar los desvalores de esta situación en una ventaja de vida, trabajando, ingeniándose para adaptarse, superar, sobresalir, sin perder la raíz. Me enorgullezco de sentirme parte de la Hispanoamérica de los Estados Unidos, de luchar por la dignidad de nuestra identidad marcada por el idioma, la cultura, nuestra historia y presencia hispana. Habiendo descubierto además, como lo detallo en mis ensayos, entre otras cosas, el hecho de que el creador de los Estados Unidos, Thomas Jefferson, aprendió e hizo que sus hijas aprendieran el español leyendo Don Quijote de La Mancha, y el que Walt Whitman resalte la importancia del elemento hispano en la nacionalidad americana. Las relaciones entre mis dos patrias son complejas, por momentos y según los temas de por medio (como la deuda externa), un tanto más difíciles, pero también con mucho intercambio constructivo. En una de mis conferencias al respecto, la audiencia (en su mayoría anglosajona) me preguntó por el vino Malbec.
Ha dado en titular esta recopilación en verso “En el jardín de los vientos”. ¿Responde dicho bautizo a una idea preconcebida o surgió durante el camino?
El nombre se lo dieron los editores críticos: Dres. Carlos Paldao y Rosa Tezanos-Pinto. Lo sacan de un verso del poema titulado Vejez, del poemario Los habitantes del poeta, incluido en esta recopilación y cuya estrofa dice: “Ya no cuento los años/sino el tiempo, las épocas fugitivas/para encarcelar de una vez por todas las cenizas,/desnudar el aire de mi presencia,/contar la historia de amor/como ave de otra estación,/vestir la nostalgia del futuro que fuera,/ así me encuentran vivo/en el jardín de los vientos”. Supuestamente eligieron el nombre luego de las consabidas discusiones paternales antes del bautismo, surgiendo entonces del encuentro y el consenso de los progenitores.
Bajo su punto de vista (como ciudadano de a pie por un lado y como miembro de ANLE por otro): ¿de qué salud diría que goza en estos momentos el idioma castellano en los Estados Unidos?
He podido comprobar desde mi llegada a este país, cuando tuve la oportunidad de trabajar en 1968 en el Comité de la Casa Blanca para el Desarrollo de la Comunidad Hispana bajo un programa de Liderazgo de las Naciones Unidas, un gran progreso de nuestra comunidad, a la hora de sentirse orgullosa y defender su identidad y, por otra parte, desde la cultura dominante, aceptar más respetuosamente su presencia, a pesar de las negaciones y discriminaciones históricas. El español es el idioma que más se estudia y aprende en los Estados Unidos, después del inglés. Además, se aprecia más la voz del pueblo hispano en el campo económico, político, social y cultural, en términos de contar con más representantes en los tres poderes del Gobierno, el crecimiento demográfico y significación política de los hispanos, la creación de instituciones y revisiones de la historia oficial que excluía la contribución hispana a la historia de este país, la actividad mediática de diarios, estaciones de TV, radios hispanas… El español es el segundo idioma de los Estados Unidos. Estados Unidos es el segundo país hispanoparlante del mundo y, como dije anteriormente, se seguirán produciendo cambios a favor de esta realidad, dado el crecimiento proyectado de nuestra comunidad. La invasión del spanglish es una preocupación, parte del dinamismo de lenguajes conviviendo en una sociedad, pero la vitalidad del español con sus estadounidismos adecuadamente aceptados, nos permitirá comunicarnos y entendernos desde Alaska hasta la Patagonia, con España y con otros países del mundo. El bilingüismo y multiculturalismo va venciendo felizmente el etnocentrismo monolingüístico anglosajón. Este es mi punto de vista como ciudadano, miembro de la ANLE, gozando de buena salud y festejando el que mis conciudadanos estadounidenses tratan más y más de hablar en español, y en su inglés se apoderan de algunas de nuestras palabras, como “nada”, “amigo”, “hola”, entre otras…
Parece que sus lecturas dilectas se vuelcan del lado de Borges, Vallejo, Darío, Neruda…, por un lado, mientras que de más allá del charco le ganaron pronto J.R.J., Lorca, Antonio Machado, Miguel Hernández…; aparte Saint-Exupéry, que fue también piloto de aeronaves, como usted mismo. Hasta llegar al que quizá sea el gran renovador del verso de toda Norteamérica: Walt Whitman. ¿Qué herencias o préstamos admite su escritura y su forma de ver el mundo, de cada uno de estos genios universales?
Siempre he sostenido (como Julio Ortega) que la musa del poeta es la lectura. Los textos de Borges, a quien conocí personalmente, me penetran. Vallejo se hizo presente en el primer libro de poesía que leí, su Antología, regalo de mi madre, en mi casi infancia, producto de la influencia del vallejiano Juan Larrea y su cátedra en la Universidad Nacional de Córdoba, donde ella enseñaba en la década de los cincuenta. Darío, que marca un antes y un después, y Gabriela Mistral; Vicente Huidobro más que Neruda. J. R. J. más allá del charco y cercano en la Universidad de Maryland, mentor de mi querida amiga la poeta Claribel Alegría, García Lorca con su Poeta en Nueva York, Antonio Machado, Miguel Hernández, pero sobretodo Rafael Alberti y Vicente Aleixandre, cuyo surrealismo me subyugaba y, por supuesto, los que poetizaron en los Estados Unidos, como Pedro Salinas, Jorge Guillén, Luis Cernuda y Ángel González. ¿Quién no lee y se inspira con El Principito, o Vuelo nocturno de Saint-Exupéry? Y, al fin, Walt Whitman, cuyo Canto a mí mismo y la traducción de 104 ensayos sobre este poema escritos por Ed Folsom y Christopher Merrill me encargó llevar a cabo la Universidad de Iowa, me inspiró el último poemario Todos somos Whitman, comprendiendo con él que todo en esta vida (la poesía también) es parte de un proceso de reciclaje, de préstamo y recompensa, como Hojas de hierba. Los críticos, mejor que mi inconsciencia, pueden puntualizar estas influencias, como lo hace Gerardo Piña-Rosales, Director de la ANLE, al resumir así en el prólogo del volumen de ensayos compilados por Mayra Zeleny, El cuerpo y la letra, publicado también por la Academia, este diálogo entre las escrituras, de donde surge la propia voz recogiendo otras voces: “En la obra poética de Luis Alberto Ambroggio oímos a veces la voz doliente de CésarVallejo, la voz sibilina de Jorge Luis Borges, la voz atormentada de Luis Cernuda, la voz amante de Pedro Salinas, la voz viril de José Hierro, la voz asordinada de Rilke, la voz ventrílocua de Fernando Pessoa. Pero estas voces, ora susurrantes, ora ensordecedoras, no opacan en ningún momento la voz de Luis Alberto Ambroggio”. Otros también han escrito aproximaciones semejantes en el libro El exilio y la palabra. La trashumancia de un escritor argentino-estadounidense (Rosa Tezanos-Pinto, Ed.). Los préstamos son inmensos. Las herencias enriquecedoras. La voz quiere ser de todos, aun en su incertidumbre.
Salpican su obra varios poemas fechados en Sevilla y ostenta entre sus numerosos galardones un reconocimiento por parte de la Junta de Andalucía. ¿Qué le aporta como creador nuestra tierra? En general, ¿le suele inspirar más el paisaje o el paisanaje?
Muchísimo, y me inspiran tanto el paisaje como el paisanaje. He recorrido la ruta del Quijote de la Mancha. He recitado en la Casa de Moguer de Juan Ramón Jiménez. He compartido recitales en la Biblioteca Nacional de Madrid con destacados poetas españoles actuales, como Antonio Gamoneda, en la serie de Poetas Vivos organizada por el poeta Enrique Gracia Trinidad. En Murcia he recitado con Francisco Brines, solo por citar algunos ejemplos. Me ha honrado la TVE en el 2004 con el primer premio relacionado con poemas de la soledad, en el que concursaron más de 300 poetas de diferentes naciones hispano-parlantes; el reconocimiento de la Junta de Andalucía, de la Asociación Prometeo de Poesía, son algunas satisfacciones, pero la mayor es el orgullo que me produce nuestra cultura hispana desde el Mío Cid, el Siglo de Oro y la riqueza de toda su compleja historia hasta nuestros días, el oro del idioma que nos dejaron, en expresión de Neruda. Me inspira todo esto: la belleza y la riqueza pluricultural de Sevilla, Córdoba, Granada, Barcelona…, por citar solo algunas de las ciudades que he poetizado. Antes mencioné algunos de los poetas, pero también me estimulan amigos y críticos como Juan Sebastián, Teodosio Fernández, Ana Recio Mir, José María Rueda, María de los Ángeles López Pérez, Alfredo Alencart, Luis Jiménez Martos, Leopoldo Panero, Carlos Marzal, Luis García Montero…, por nombrar solo a algunos con quienes he interactuado.
Por último: ¿para cuándo le tendremos presentando el libro por tierras de España?
Por el momento, durante el mes de abril estaré en España participando en la presentación del libro con otros poetas, escritores y críticos, en las siguientes fechas concretas: el 21 en el Teatro del Liceo, con profesores de la Universidad de Salamanca; bajo el patrocinio de la Casa de Extremadura, el 22 en Sevilla; el 23 en el Café Comercial en Madrid, celebrando el día del libro, y con posterioridad también en Madrid, posiblemente en la Casa de América, evento que están coordinando la RAE y la ASALE. Estoy pendiente de más presentaciones, que iré anunciando en Facebook y en otras redes sociales. Espero verles por el camino. Muchas gracias por su tiempo.